Amasado con luchas triunfantes, como la huelga docente de 80 días que proyectó a Pedro Castillo como un líder nacional, o la derrota del proyecto minero de Conga, la rebelión de los obreros rurales, o el último levantamiento que derrocó a uno de los tantos gobiernos corruptos de los últimos años con protagonismo decisivo de las mujeres.
Un maestro rural del Norte pobre donde asesinaron a Atahualpa, el último de los Incas, contra todo el poder de los reaccionarios, sin un peso y ni un sólo medio de prensa a su favor, contra una campaña inmensa de macartismo y la acusación de “terruca” (terrorista).
Recurriendo a un verdadero protagonismo de toda la geografía del Perú. Con un programa que apunta a los verdaderos enemigos de ese país y de América toda: los dueños monopólicos de las tierras, de las minas, de la pesca, del narcotráfico, que levantaron la candidatura de la entreguista, corrupta y asesina Keiko.
Empujado desde el Perú más profundo, más obrero, más campesino, más cobrizo, en la puna, en las sierras y en la selva y una parte sustancial de las grandes ciudades, con epopeyas como el 85% de los votos logrados en la zona del Cuzco, en cuya plaza principal fue descuartizado Túpac Amaru. Y en las altas pampas de Ayacucho, donde culminó la independencia de América.
Es imposible que este triunfo no se una a la gloriosa epopeya chilena, que acaba de sepultar también electoralmente a esos mismos enemigos, o a la heroica Colombia que hace cuarenta días derrama la sangre de sus jóvenes, para logra igualdad, libertad y soberanía, y al aplastamiento del golpe reaccionario en Bolivia. Para hablar solo de algunos de los procesos a los que asistimos, comparables a la poderosa imagen de Galeano: “las venas abiertas de América Latina”.
Un camino de luchas que recoge también las mejores experiencias de combates por la soberanía y un desarrollo económico e industrial independiente, como el Paraguay de los López y de Francia, la Revolución boliviana del 49 con la expropiación de las minas y las reformas educativa y agraria, el modelo de desarrollo de los mejores años de Perón en nuestro país…
Y sobre todo, luchas que van desnudando las verdaderas causas de las crisis de nuestros países, pero sobre todo de los inmensos sufrimientos de los pueblos. Tarea que es la primera y esencial para poder derrotarlos.
Un camino que recién se inicia. Vendrán los intentos de fraude y las provocaciones, incluso violentas, los intentos de dividir al pueblo y lograr traiciones, pero ni los imperialismos, ni los terratenientes “nos van a quitar lo bailado”.
A casi 200 años de culminar en Perú la Primera Independencia, con estas luchas y estos triunfos electorales se va a abrir la huella hacia la segunda y definitiva Independencia Americana.